Natalie, al igual que tu y yo, ha estado explorando como mejorar su amor propio mientras se cuida a diario. Con el tiempo, en su viaje de self-care, descubrió que el cuidado de su piel es mucho más que un paso en su rutina de autocuidado, es una manera de demostrarse amor, de reforzar su autoestima y aumentar su confianza.
Hoy se une al equipo de ourself como escritora invitada para inspirarnos a cuidar nuestra piel como parte de nuestro amor propio.
Mi viaje por el cuidado de mi piel comenzó cuando tenía alrededor de 5 años. ¿Muy temprano? ¡No precisamente! Desde pequeña mi mamá siempre me enseñó la importancia de mantener la piel hidratada y saludable. Con el paso del tiempo, la forma de cuidarla cambió, pero el objetivo siguió siendo el mismo.
Sabes cuando dicen: ‘Haz lo mismo durante 21 días y se convertirá en un hábito?’ Bueno, con esta frase en mente, he estado cuidando mi piel con diferentes rutinas durante más de 15 años, todos los días, dos veces al día, y con el tiempo, definitivamente se convirtió no solo en un hábito sino en mi tipo de meditación.
Mi rutina de autocuidado comenzó simplemente con lavarme la cara y hacer un seguimiento del estado de mi piel. Con el tiempo, evolucionó hacia un viaje de autocuidado no solo externo sino interno.
Hoy creo firmemente que cuidar mi piel me permitió:
Conocerme
Empecé a cuidar mi piel antes de la pubertad, así que tuve que aprender a evolucionar y mejorar mis hábitos mientras crecía. Por ejemplo, cuando comencé a tener puntos negros y granos a la edad de 14 años, me di cuenta de que había mucho más en juego que la hidratación: había hormonas, dieta, estilo de vida, estrés y otros factores que influían en el estado de mi piel. Tuve que educarme a mí misma leyendo, observando y hablando con diferentes dermatólogos. Mi rutina de cuidado personal no solo se convirtió en un pasatiempo que ha existido desde que era adolescente, sino que también me permitió conocer mi cuerpo y aprender de mi salud.
Mejorar mi confianza
Cualquier práctica de autocuidado tiene 2 caras: el proceso en sí y el resultado. Por eso, para que puedas seguir tus hábitos de autocuidado, mi recomendación personal es encontrar una rutina que te satisfaga tanto durante el proceso como en la etapa de resultados. Para mí, la rutina de cuidar mi piel es definitivamente beneficiosa de muchas maneras, pero uno de los mayores beneficios fue hacerme sentirme segura de mi propia piel sin importar si estaba en su mejor estado o no.
Cuidar mi piel me hizo sentir bien conmigo misma solo con saber que la estoy nutriendo bien y entendiendo sus necesidades.
Tener un momento solo para mi, todos los días
Inspirarme a seguir
Natalie es creadora de contenido y apasionada por el cuidado de la piel. Si quieres saber más de lo que hace, únete a su comunidad en @natalie.novik en Instagram