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El nuevo «face wrap» de Skims y la delgada línea del selfcare obsesivo

skims face wrap

Si has estado siguiendo las noticias del mundo lifestyle en los últimos días, probablemente te hayas topado con el nuevo lanzamiento de Skims: el face wrap. Si no lo habías visto antes, te hago un breve resumen: Skims ha lanzado una “faja” facial para esculpir y moldear tu rostro (por €62).

Debo admitirlo, en muchos sentidos me parece increíble lo que Skims ha logrado. Admiro las marcas que, como esta, han transformado industrias y construido imperios liderados por mujeres con ambición. Y más aún cuando se posicionan dentro del universo del lifestyle y wellness. Pero, productos como este, en mi opinión están muy lejos de ser un aporte real al selfcare. Al contrario.

La línea entre selfcare y obsesión

Existe una línea muy fina entre el autocuidado que nos hace sentir bien y el que se convierte en una obsesión con las apariencias. Es una línea que, poco a poco, vamos cruzando, y que productos como este, nos impulsan a cruzarla cada vez más. Sí, sentirnos bien con nuestro cuerpo también forma parte del autocuidado. Cuidar de nuestra imagen puede darnos confianza y empoderarnos a mostrar una versión de nosotras mismas libre de inseguridades (estoy a favor de todo aquello que nos ayude a fortalecer esa seguridad). Pero hay un punto de quiebre cuando “cuidar de nosotras” se convierte en una búsqueda constante por «lucir perfectas», incluso a costa de nuestras horas de descanso. Porque sí, esa es la idea detrás del face wrap: moldear tu rostro mientras duermes para lograr un efecto lifting. No mejora tu descanso, no te aporta paz mental, no profundiza en tu selfcare. Solo te deja la sensación de estar «esculpiendo» tu cara.

Aunque sus efectos aún están por verse (ya hay varios profesionales, entre esteticistas y médicos, opinando al respecto), esta conversación va mucho más allá de si el producto funciona o no. Se trata de lo que ocurre cuando la industria del selfcare deja de ser selfcare. Cuando productos y marcas promueven estereotipos de belleza alejados de la realidad. Cuando, en lugar de enfocarnos en lo que nos hace sentir bien, empezamos a enfocarnos en todo aquello que nos hace sentir insuficientes. Cuando el selfcare se convierte en una obsesión por esculpir, por no envejecer, por no engordar, por no vernos como somos.

Cualquier producto que no contribuya a tu bienestar real, y cuyo único propósito no sea hacerte sentir bien sino verte más «esculpida», no es selfcare. Aunque las redes sociales (y el ejército de influencers que lo promueven) insistan en que sí lo es.

Hoy (y siempre) hago énfasis en que el selfcare es más que productos para la apariencia. Son productos que elevan tu rutina, que te hacen vivir mejor, que nutren tu cuerpo. No solo para verte bien, sino para sentirte mejor. Brindemos por elegir el tipo de bienestar que nos hace sentir bien, y no por productos que nos hacen creer que necesitamos moldear nuestro rostro mientras dormimos.

DETRÁS DE OURSELF

Nuestro equipo es fan de todo lo que te hace sentir bien. Exploramos el selfcare, nos inspiramos y reunimos todos los espacios, productos y actividades “feel-good” que te hacen priorizarte.