Instagram a las siete de la mañana: stories de madrugadoras impecables, videos de alarmas a las 4:00 am, rutinas con más de 20 productos para utilizar solo al levantarse. Pareciera que el selfcare requiere de mucho y que cuidarte es casi imposible.
A veces nos vendemos la idea de que priorizarnos es seguir una rutina específica de productos, miles de pasos y muchas restricciones. Spoiler: no lo es. Podemos llenarnos de hábitos, suplementos, productos, y aún así, no sentirnos bien. Lo sé porque durante mucho tiempo viví una rutina que no se sentía auténtica con lo que necesitaba (y con lo que quería). Me aferré a un autocuidado que veía en redes y no fue duradero.
A esto lo llamo la trampa del instagram porque levantarte a las 4:00 am no necesariamente es priorizar tu selfcare si tu cuerpo necesita descanso, y vivir una rutina que no se siente auténtica cada día no es sostenible.
Entonces me pregunto, ¿qué significa cuidarse de verdad?
Creo que cuidarte es negarte a vivir como si estuvieses creando contenido viral y empezar a vivir como tú. (Por lo menos, eso es lo que estaré haciendo de ahora en adelante).
Es bajar el volumen interno que dice “debería” y subir el de “me apetece”. Es hacer cosas que te hagan sentir bien, pensar en cómo quieres sentirte y elegir acciones que lleven a ello. Es escuchar lo que necesitas y dártelo sin dudas.
Es priorizararte sin culpa. Decir “no” para regalarte un “sí”. Es marcar límites para mejorar tu energía, tu tiempo y tu cordura. Es agendar tu propio nombre en el calendario para tratar tu wellness como una responsabilidad más.
Es invertir en productos y espacios que te eleven. Tu entorno habla con tu cuerpo las veinticuatro horas. No se trata de tener mucho, sino de elegir bien.
La idea es hacer las paces con una manera más balanceada de vivir bien. Al final, tratarnos bien no es una competencia de disciplina. Es un pacto íntimo de respeto con nosotras. Un selfcare que a veces huele a exfoliante, otras a entrenamiento y muchas veces a descanso de domingo. No necesita filtros ni aprobación ajena. Es auténtico y siempre te hace sentir bien.
La próxima vez que veas un post de una rutina wellness que parece imposible piensa que si no cabe en tu vida, no es tu culpa, es su falta de realismo. El selfcare bonito cabe en tus zapatos, en tus horarios, en tu presupuesto y en tu hogar.
Así que, al terminar de leer esto, pregúntate qué necesita tu cuerpo. Luego ve y dáselo. Porque una vida que te haga sentir bien es un lujo que todas merecemos darnos. Y eso, no hay algoritmo que lo convierta en mentira.