Una mini reflexión para inspirarte a ser tu prioridad.
Si me hubieras preguntado hace unos años qué necesitaba para vivir la vida de mis sueños, te habría hablado de metas, trabajos, títulos, logros.
Te habría descrito el éxito como algo fuera de mí, algo basado en lo que lograba hacer o tener. Pero, desde hace unos meses, estoy comenzando a descifrar que vivir la vida que sueñas puede empezar por cómo te sientes contigo.
Priorizarte puede parecer un lujo. Muchas veces nos enseñan que darnos toda nuestra atención es frívolo, egoísta. Que darte un baño largo, invertir en ti o atender primero tus necesidades es superficial. Pero no lo es. Sentirte bien es una práctica espiritual. Es una decisión. Una que cambia radicalmente tu manera de vivir, haciéndote reconocer que tu energía, tu bienestar y tu paz mental son los cimientos de todo lo que deseas construir.
Cuando te eliges, todo cambia
Cuando empiezas a escuchar a tu cuerpo, a darte espacio para sentir y a poner de primero tus necesidades, algo mágico ocurre: empiezas a vibrar diferente. Tus decisiones cambian. Tu manera de relacionarte cambia y lo que atraes también. Te conviertes, poco a poco, en una persona que hace realidad lo que quiere. No porque lo fuerces, sino porque por fin estás actuando desde un lugar de amor propio que lo puede crear todo.
Enfocar tus esfuerzos en hacerte sentir bien, te ayuda a vivir alineada con tu selflove y tu autoestima. Te impulsa a priorizar tus sueños y a esforzarte desde la seguridad de poder alcanzarlos.
Cuando te sientes bien, te vuelves magnética. Creativa. Segura. Compasiva. Imparable. Y desde ese lugar de confianza y abundancia, puedes crear lo que quieras: una carrera que te inspire, relaciones más sanas, el éxito que te mereces, una rutina que te nutra, y una vida alineada con lo que eres de verdad.
