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SI LE TIENES MIEDO AL CAMBIO, esto es para ti

selfcare

Cambiar da miedo. Incluso cuando lo decidimos nosotras mismas, nos deja una sensación rara en el pecho. Una incertidumbre, una nostalgia, un mix de emociones. Como cuando cierras la puerta de una casa en la que ya no vas a vivir. Hay un duelo y muchas inseguridades, pero también hay un deseo, una visión y una intención de que el cambio puede ser un nuevo capítulo para acercarte a la vida que realmente quieres vivir.

Estos últimos años he cambiado de gustos, pasiones, proyectos. He cambiado de apartamento, ciudad, trabajo. Y, aunque aceptaba los cambios con optimismo, muchas veces me preguntaba si era lo correcto, como si el cambio fuera inconsistencia o sinónimo de “fracaso”. De lo que no me daba cuenta en ese momento, es que cambiar es parte de crecer.

Cuando hablamos de wellness, no solo hablamos de selfcare físico, mascarillas, ejercicio (aunque nos encantan todas esas cosas). Hablamos de aprender a vivir en sintonía con nosotras mismas. Y eso implica aceptar cuando evolucionamos.

Cambiar de opinión, de dirección o de sueños no es una debilidad. Es una señal de que estamos prestando atención a lo que ya no nos representa, no nos llena o no nos hace crecer.

Ahora, hago un paréntesis para enfatizar que no se trata de cambiar por cambiar. Se trata de hacerlo con conciencia, propósito y libertad. Con esa mentalidad, me he estado impulsando a aceptar y transformar aspectos de mi vida. Ya no me aferro a lo que siempre fui porque entiendo que voy en movimiento. Voy cambiando, y eso me permite estar más cerca de quién quiero ser y de dónde quiero estar.

Todos los cambios, (los que buscamos y los que llegan inesperadamente) pueden ser buenos si aprendemos a manejarlos. Y poder manejarlos es clave, porque la vida no es estática. Todo cambia: el cuerpo, la mente, las relaciones, los espacios, las prioridades. Todo lo que nos rodea va en movimiento. Hacer las paces con la idea de cambiar es, sin duda, priorizar una vida que se sienta bien.

Pero, ¿cómo manejar el cambio sin sentir que se te viene el mundo encima?

Aquí te dejo algunas ideas que me han servido e inspirado a abrazar el cambio:

Haz espacio para sentir: No minimices tus emociones. El miedo, la nostalgia o la inseguridad no significan que estás haciendo algo mal. Significan que estás haciendo algo real.

Redefine tu identidad: No eres una etiqueta ni una versión pasada de ti. Estás en construcción constante. Pregúntate: ¿qué versión de mí necesita nacer ahora?

Rodéate de personas que te inspiran: El cambio se vive mejor cuando tienes cerca a gente que te recuerda quién eres (y quién puedes llegar a ser).

No esperes perfección: Cambiar no siempre se siente bien al principio. A veces te perderás un poco y llevará su tiempo sentirte cómoda con tu nueva realidad. Eso también está bien, es parte del proceso.

Este artículo no es una invitación a rehacer tu vida de un día para otro. Es una caricia en la espalda para recordarte que tienes permiso de cambiar. De soltar. De empezar de nuevo.

Porque cuando te permites cambiar, te das la oportunidad de encontrarte, una y otra vez.

Y no hay nada más feel-good que eso.

DETRÁS DE OURSELF

Nuestro equipo es fan de todo lo que te hace sentir bien. Exploramos el selfcare, nos inspiramos y reunimos todos los espacios, productos y actividades “feel-good” que te hacen priorizarte.