¿Has sentido remordimiento después de comer? ¿Te has sentido culpable por darte un gusto? ¿Te preocupas por tu peso a diario? Si la respuesta es sí, es probable que necesites sanar tu relación con la comida para mejorar tu bienestar y sentirte mejor contigo.
La relación que tienes con la comida está conectada a la relación que tienes contigo y con tu cuerpo. Cuando tienes una mala imagen personal (o baja autoestima por tu apariencia) comienzas a considerar dietas estrictas que te restringen de nutrientes básicos. O, al contrario, empiezas a canalizar tus emociones sobrepasando tus límites con la comida y creando un ciclo de culpa y remordimiento.
Ambas variantes te llevan a desarrollar una relación poco sana con la comida. Te impulsan a percibir la alimentación solamente como una herramienta para bajar o subir de peso. Pero los alimentos son mucho más que eso. Son la clave para tu bienestar, el origen de cómo te sientes contigo y la raíz de tu salud general.
Incluso, si piensas en todo el contexto que rodea a la comida, te das cuenta de que comer es una manera de disfrutar más la vida. Es fundamental en entornos sociales y, en algunas culturas, es esencial para el compartir familiar, un elemento de celebración y festividad.
Por eso, es importante cultivar una buena relación con la comida, no solo para mejorar tu autoestima y bienestar, sino para ayudarte a disfrutar mucho más de tus días.
Comer conscientemente
Una buena relación con la comida te ayuda a entender el impacto que tienen los alimentos en tu salud. Te da la oportunidad de vivir en un balance constante en el que eres consciente de todos los beneficios que tiene para ti, y aun así, te permites disfrutarla sin obsesiones ni culpas.
Cuando aprendes a sanarla, te das cuenta de que una cosa no excluye a la otra. Puedes ser saludable y al mismo tiempo disfrutar de la comida sin culparte. Puedes comer los alimentos que te gustan y también priorizar tu bienestar. Puedes darte lo que necesites sin tener remordimientos. Ambas cosas puedes coexistir para ayudarte a vivir sanamente.
Personalmente, el conflicto con la comida ha sido algo continuo en mi vida. Culpas, críticas, arrepentimientos. Ha sido un proceso largo y lento, sin embargo, con el tiempo he aprendido poco a poco a mejorarlo, a disfrutar de lo que como y a preocuparme menos por mi apariencia y más por mi salud.
Así, progresivamente he comenzado a entender la importancia de mi nutrición con base en cómo se siente mi cuerpo y al bienestar interno que me ofrece. Hoy en día sigo cultivando mi relación con la comida, aprendiendo a nutrirme para mejorar mi salud y no mi apariencia física.
En este blog te comparto algunas de las cosas que me han ayudado personalmente a hacerlo.
¿Cómo sanar tu relación con la comida?
Date permiso para comer y deja atrás el remordimiento
Nunca es saludable restringirte con dietas extremas que disminuyan los nutrientes que necesitas. En vez de limitarte y culparte, aprende a nutrir tu cuerpo con todo lo bueno. Aprende a cocinar recetas que te gusten y, al mismo tiempo, te hagan sentir sana. Cocina más en casa, come de manera saludable, pero siempre abierta al balance y a los alimentos que te gusten. No te obligues a comer cosas que no disfrutas simplemente por déficit calórico. Permítete disfrutar de lo que comes, sin culpas ni tormento.
Si quieres comenzar a comer sanamente y no sabes cómo, al terminar este blog te recomendamos un libro para hacerlo.
Ten una alimentación intuitiva
Es decir, come cuando tengas hambre. Aprende a distinguir cuando quieres comer por hambre o porque no te encuentras bien emocionalmente. Personalmente, cuando me sentía mal conmigo, canalizaba mis emociones sobrepasando mis límites con la comida. Lo que por consecuente me hacía sentir mucho peor. Por eso, comienza a alimentarte de manera intuitiva, por hambre en vez de comer por control emocional. Esto también se trata de darte permiso de comer cuando lo necesites, y de no culparte o dejarte pasar hambre simplemente por cumplir con dietas estrictas.
Comienza a comer conscientemente
Come despacio, disfruta de los alimentos, sé consciente de lo que comes. Esto te ayuda a dirigir tu atención al momento presente, a los nutrientes que eliges, a la acción de comer. Cuando comes conscientemente, tu cuerpo se sacia mucho más rápido y comienzas a percibir la comida de una manera diferente. Y aunque el propósito de la alimentación consciente no es adelgazar, muchas personas comienzan a bajar de peso de manera saludable simplemente por tener un cambio de consciencia y perspectiva a la hora de comer.
Deja atrás la etiqueta de “alimentos prohibidos”
Deja de catalogar ciertos alimentos como “malos”. Cuando te restringes, incrementas esa relación tóxica con la comida. En vez de prohibirte alimentos, intenta crear un balance incluyéndolos en tu rutina de manera consciente y sana.
«Al catalogar un alimento como ‘malo’ (está muy rico, pero engorda) mandas a la mente señales para que lo coloque en una especie de ‘lo que pudo ser y no fue’, convirtiéndose en una frustración al ‘anhelarlo’ y no poder comerlo.» – Juan Montagu
Todo es balance y moderación
Todo lo anterior no puede existir en armonía si no cumples con un balance viviendo en moderación. Esto es esencial para mejorar tu relación con la comida. Permítete comer, y al mismo tiempo, permítete vivir saludable. No te culpes y enfócate mucho más en ser consciente de lo que estás comiendo y de las razones por las cuales eliges cada alimento en tu rutina.
Enfócate en tu bienestar
Por último y más importante, dirige tu atención a tu bienestar en vez de tu apariencia. Esto es clave en tu proceso. Cuando comienzas a elegir tu dieta basándote en tu apariencia, desarrollas mucho más una mala relación con la comida. Al contrario, cuando enfocas tu atención a cómo te sientes en vez de cómo te ves, comienzas a mejorar internamente. Y cuando mejoras internamente, comienzas a reflejar tu salud desde adentro hacia fuera. Te sientes mejor y, por eso, te ves más saludable, te llenas más de energía y estás más cómoda con tu cuerpo.
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Este libro de Pilar Benítez, es una de las herramientas que me ha ayudado últimamente a mejorar mi bienestar y cambiar mi dinámica con la comida. Comenzar a leer del tema e indagar mucho más en los hábitos que me ayudan a alcanzarlo, me ha abierto posibilidades para mejorar mi autocuidado y sentirme mejor conmigo.
Así que si quieres intentarlo, AUTOCUIDARSE puede ayudarte a hacerlo.