Así que comencé a preguntarme, ¿por qué hay mujeres increíbles en relaciones donde no son valoradas? ¿Por qué hay personas regalando su abundancia en relaciones que solo traen escasez en el amor y en el hogar?
Decidí tomarme un café con algunas de mis amigas que han pasado por situaciones similares. Hablamos. Reflexionamos. Nos preguntamos muchas cosas. Y al final, sacamos algunas conclusiones.
A pesar de que cada circunstancia es diferente, hay varios aspectos y detonantes que comparten todas las personas que conozco en esta situación. Uno de ellos (y el que creo que juega un rol más importante) es el conformismo en el amor.
De eso me di cuenta mientras conversaba con esas amigas increíbles (que tienen parejas no tan increíbles) y una de ellas expresó exactamente ese conformismo del que hablo. Dijo, sin mucha pena pero sin mucho ánimo: “me conformo con quien ya está en mi vida, aunque no me esté compartiendo la felicidad de la que soy merecedora.”
En ese momento tuve mucho más clara la respuesta a mi reflexión. Es un conformismo (prácticamente inconsciente) creado por la falta de merecimiento o valía personal. Quienes están en relaciones desbalanceadas, aceptan mucho menos de lo que son merecedoras. Una situación que se presenta cuando no reconoces lo mucho que mereces y, por eso, te conformas con lo poco que te llega. O cuando no buscas tener más porque sientes que lo que recibes puede ser suficiente. Pero no lo es.
Pero, ¿por qué? ¿Por qué nos aferramos a un amor a medias?
Entre las razones que conversamos esa tarde, estaban:
1) “¿Y si termino esto y luego no encuentro a nadie más?”
2) “Es preferible estar a medias que estar sola”
3) “El amor de película no existe y no creo que vendrá alguien mejor”
O, por último, 4) “porque aunque a veces no me trata tan bien, no debería ser tan exigente, hemos tenido buenos momentos”.
Esas respuestas me hicieron dar cuenta de que nos hemos habituado tanto al desamor y a recibir poco que nuestras expectativas en las relaciones parecen muy altas. Nos parece increíble (y hasta imposible) encontrar a alguien que nos entregue el amor que merecemos.
Y es exactamente así que llegamos a conformarnos con menos.
Cuando no reconocemos nuestra valía, le damos el poder al otro de decidir por nosotras, de quedarse o irse, de hacernos esperar, de darnos menos. Y qué bonito sería vivir lo contrario. Qué bonito sería poder decir “yo valgo mucho más que esto”, “yo merezco un amor que me haga sentir plena”, “yo quiero a alguien que me valore como la persona merecedora que soy”.
Si hay algo que me dejó esta conversación es un deseo inmenso de que ver a mis amigas en relaciones increíbles donde sean valoradas y queridas como lo merecen. Un deseo de que todas puedan ver lo merecedoras que son y se arriesguen a encontrar quienes verdaderamente nutran su valor.
Así que, después de esta reflexión, también te pido a ti: no te conformes.
No te conformes con menos porque eres mucho. No te conformes con un amor a medias porque ya estás completa. No te conformes con palabras vacías y acciones mediocres, porque tu corazón necesita llenarse de demostraciones y cariño verdadero.
Te pido que sepas y recuerdes que mereces mucho. Mereces un amor bonito. Mereces una vida en la que la inseguridad no tenga espacio. Y mereces tener la fuerza que necesitas para que, en cada situación donde no te sientas valorada, puedas abrir la puerta y arriesgarte a decir adiós para encontrar eso de lo que verdaderamente eres merecedora.
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