En el jardín escondido del Mandarin Oriental, Frizzant nos daba la bienvenida al Yoga & Brunch, un evento organizado junto a la marca deportiva Dash and Stars. Fue un encuentro para celebrar el día internacional del yoga. Y para mí, personalmente, celebrar el comienzo del verano en comunidad.
Comenzamos con una clase de yoga guiada por Sonia, fundadora de Frizzant. Un par de respiraciones para entrar en el momento y empezamos. La intención es lo primero que se define. Una afirmación, una persona, un propósito que quieres tener presente durante la práctica. Unos minutos después ya entramos en calor. Se siente el trabajo en el cuerpo, pero también la calma y la desconexión (de lo que tenemos en mente, de los pendientes, del ajetreo en la ciudad).
Un par de posturas y un mat que poco a poco se calentaba con el calor del verano. Una hora de práctica que me ayudó a reconectar con el yoga (y conmigo). Terminamos con un saludo al sol que, por cierto, brillaba en su máximo esplendor, y la postura Savasana, con el cuerpo desplegado en el mat, mirando al cielo, completamente azul.
Después de la clase, un brunch. Gazpacho de sandía, frutas de temporada, zumos, café, un par de tostadas y bowls de quinoa. Al centro de la barra, una mini torre de tartaletas de fresas, tartas y frutas que hacen recordar a los Afternoon Tea en hoteles de lujo. Estómago lleno, corazón contento. El desayuno del Mandarin Oriental fue el impulso para seguir la mañana.
Desde la barra del jardín, nos indicaba el equipo que una charla estaba por comenzar. Al otro lado de la terraza, en una sala con paredes de vidrio y aire acondicionado (que en verano se agradece), nos esperaba Laia para hablar de nutrición consciente.
Laia Vinyals es dietista y nutricionista. Su enfoque en nutrición nos dejó muy claro que “no existe la alimentación perfecta, comer saludable implica flexibilidad”. Después de la charla y un par de preguntas, un aplauso cerró la conversación.
Con bolso en mano, y el set más bonito del verano (gracias a Dash and Stars), terminó una mañana que ofreció mucho más que una clase de yoga. Fue un espacio en comunidad donde, dispuesta a difundir el mensaje, me entregué completamente a la experiencia. Fue una celebración de yoga, moda sostenible, nutrición consciente y, sobre todo, un recordatorio de la importancia de crear espacios para priorizarnos, aprender y aferrarnos a todo lo que nos hace sentir bien.
Si quedaste con ganas de saber más, chequea: @wearefrizzant @dashandstars @nutrivinyi @mo_barcelona
