El poder transformador de una rutina
1. Establece una intención:
Tómate un momento para ponerle intención al cuidado de tu piel. ¿Qué estás buscando con esta rutina? ¿Qué quieres obtener de ella? ¿Relajarte, conectar contigo o quizás comenzar un proceso de autoaceptación? Este paso hace que cada acción dentro del cuidado de tu piel esté alineada con un propósito y con tus necesidades emocionales, transformando así el skin-care en un ritual, más allá de un simple paso en tu rutina de autocuidado.
2. Elige productos que te hagan sentir bien:
3. Skin-care autocompasivo:
4. Crea un momento para ti:
5. Llénalo de gratitud:
Por último,
Es importante recordar que una rutina de skin-care no se trata de lograr una piel ‘perfecta’. El skin-care va más allá de la belleza. Se trata de darle a tu cuerpo lo que necesita, de mejorar su salud, de respetar sus límites, de establecer un tiempo y espacio para conectar con tu cuerpo. Entender esto puede ser la clave para transformar tu rutina en un ritual para sentirte mejor contigo.
Redirecciona el skin-care en un hábito de amor propio fortalecedor y no solo estarás nutriendo tu piel; sino alimentando la relación contigo misma.
Si quieres saber más acerca de los beneficios que una rutina de skin-care puede tener en tu amor propio, chequea el blog Por qué cuidar tu piel es una forma de amor propio