¿Has escuchado la frase “encuentra a tu media naranja”? A veces, como mujeres, creemos que somos mitades que necesitan ser completadas. Pensamos que vinimos al mundo a encontrar la felicidad que únicamente se consigue estando con otros.
Por eso es normal sentir miedo, ansiedad o angustia al pensar en la soledad. Pero en realidad, la soledad es un concepto bastante subjetivo.
Muchas veces pensamos que “estar solas” significa no estar acompañadas físicamente pero a veces estando acompañadas podemos sentirnos completamente solas. Esto demuestra que la soledad tiene poco que ver con la cantidad de personas que te rodean y mucho que ver con la relación que tienes con los demás y contigo misma.
La soledad es un concepto que depende de tu estado emocional y mental, por eso, hacer las paces con ella es uno de los aspectos que te ayudará a reforzar el amor propio.
Si nos da miedo estar solas podemos crear una dependencia emocional con otros. Creamos relaciones tóxicas de amistad o caemos en un círculo de relaciones de pareja en las que “uno no puede ser feliz sin el otro”.
Por otro lado, cuando estamos con alguien con quien compartimos (o queremos compartir) la vida cotidiana, no solemos tener mucho tiempo para estar a solas. Podemos acostumbrarnos a estar siempre acompañadas y que nos cueste mucho más ser felices cuando esa persona no está con nosotras. Por ejemplo, ¿alguna vez has dejado de hacer algo porque esa persona no podía y no tenías con quien ir? ¿Te has sentido sola en algún momento por no estar acompañada en casa? Si eres como nosotras, seguramente te ha pasado, aunque sea una vez.
Pero, ¿tanto miedo le tenemos a estar solas que nos adentramos inconscientemente en relaciones que no son buenas? ¿Qué pasa si estamos solas? ¿Qué tanto hay que temer?
Nada genera más confianza personal y amor propio que aprender a disfrutar la soledad. Así que, soltera o con pareja, es importante que aprendas a tener una vida que sea solo tuya y a sanar la relación que tienes con la soledad para establecer relaciones duraderas y estables con otros.
Es la soledad la que te ayuda a valorar el tiempo contigo, la que te motiva a conocerte y la que te previene de relaciones negativas. Te enseña que no necesitas de nadie para disfrutar de la vida y que tú misma puedes darte la felicidad que buscas en otros.
Comienza a hacer cosas que te gusten sin estar acompañada para acostumbrarte y disfrutar de tu tiempo a solas. No esperes a alguien para hacer aquello que quieras. Por ejemplo, ¿has ido alguna vez al cine sola? ¿Y a la playa? Si lo has hecho, ¿verdad que es increíble? Es un momento únicamente para ti, para disfrutar de lo que te gusta. Y si no lo has hecho, te lo recomendamos muchísimo.
No necesitas compartir cada aspecto de tu vida con nadie más que contigo. Nadie nunca te entenderá más que tu misma. Nadie tendrá exactamente los mismos gustos que tú. Por eso, en el fondo, eres tu mejor compañera. Así que empieza a hacer actividades que te encanten y que nunca haces a solas. Créenos, te cambia la vida.
Siéntete completa. Disfruta de ti. Sé feliz estando sola.